Lento — “Mis queridos hermanos y hermanas, tomen esto en serio: Sean prontos para escuchar, pero lentos para hablar. Y sean lentos para enojarse, porque la ira humana nunca es un instrumento legítimo para promover el justo propósito de Dios.” (Santiago 1:19-20, La Traducción de la Pasión)
Santiago nos anima a ser lentos para hablar y lentos para enojarnos. En nuestro mundo, hay tantas cosas por las que podríamos enojarnos. ¡Pablo nos anima a no dejar que la ira nos lleve a pecar! “Pero no permitan que la pasión de sus emociones los lleve a pecar. No permitan que la ira los controle ni los convierta en motivo de venganza, ni siquiera por un día.” (Efesios 4:26, TPT)
Algunos han dicho que Dios Padre es lento para responder nuestras oraciones, pero eso se debe a que no entendemos su tiempo. El único momento en que Él es lento es cuando es lento para enojarse. El Señor es clemente y misericordioso, lento para la ira y grande en misericordia. (Salmos 145:8, NVI).
Muchas veces intentamos justificar nuestro enojo diciendo que Jesús se enojó en el templo. También se tomó su tiempo para fabricar un látigo ese día, así que no fue algo impulsivo. ¡No dejó que se convirtiera en una furia pecaminosa!
No permitamos que la ira nos controle. Más bien, seamos lentos al reaccionar ante las cosas que podrían hacernos pecar. Y seamos como un perezoso al enojarnos: lentos y constantes en nuestras acciones.
¡El amor siempre triunfa!
Oremos:
¡Dios mío! Ayúdanos a tomar en serio la sabiduría de Santiago sobre ser prontos para escuchar, pero lentos para hablar y lentos para enojarnos. En un mundo lleno de cosas que podrían provocar nuestra ira, ayúdanos a ser como tú: lentos para la ira y grandes en misericordia. Espíritu Santo, cuando sintamos que la pasión de nuestras emociones aumenta, ayúdanos a no dejarnos llevar por ella. Al pecado. Danos la sabiduría para detenernos, respirar y responder con amor en lugar de reaccionar con ira. Queremos ser como un perezoso ante la ira: lentos y constantes en nuestras acciones, siempre eligiendo el amor sobre la venganza. En el nombre de Jesús, amén.
Declaración de hoy:
Elijo ser rápido para escuchar, lento para hablar y lento para enojarme. No permitiré que la pasión de mis emociones me lleve al pecado ni que la ira me controle, ni siquiera por un día. Como Dios, seré lento para la ira y grande en misericordia. Cuando la ira se apodere de mí, me moveré con pereza, lento y constante, siempre eligiendo el amor sobre la venganza. El amor siempre triunfa, y elijo vencer con amor.
Que Dios te bendiga,
Sir Gregory
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